El idioma de la ciencia y el idioma de las publicaciones científicas

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Se ha generalizado la creencia de que un artículo en inglés es, por el mero hecho de estar escrito en esta lengua, de mayor calidad de otro publicado en español o cualquier otro idioma. De hecho, en muchos países, el método de valoración de un trabajo, determinante para la obtención de apoyo económico o para el ascenso profesional de sus autores, está en relación no tanto con la propia calidad del trabajo sino con factores externos asociados a la revista en la que se ha publicado, que dependen en gran medida de la lengua de publicación y favorecen siempre, sin excepción, a los trabajos publicados en inglés. Existen numerosos factores que influyen en la baja visibilidad de las revistas en castellano y que no es debida en forma exclusiva al idioma sino a un conjunto de razones que confluyen en un mismo resultado.

El idioma de la ciencia es el inglés, sin lugar a duda, así que cuanto antes tengamos algunas premisas claras como esta, antes podemos tomar acciones concretas para ayudarnos a mejorar en nuestra carrera académica. No se trata de defender nuestra lengua a ultranza apelando a nacionalismos que solo conducen al aislamiento, se trata de incorporar otro idioma a nuestra educación y así comunicarnos con el mundo. No es tarea fácil, pero aceptar el problema es el primer paso para solucionarlo.

Una buena estrategia es formar a los estudiantes de grado y posgrado en las habilidades que les permitan comprender y escribir –bien- en inglés como base de su actividad científica posterior. Acompañar a que estudien o se capaciten en esta lengua siempre suma.

También los autores de lengua no nativa inglesa deben animarse a escribir sus trabajos en este idioma, a pesar de los errores de gramática y sintaxis, asegurándose eso sí de que el contenido sea claro y esté expresado de forma lógica, sencilla y concisa. Luego se puede recurrir a expertos en lengua inglesa o servicios de edición profesional para preparar los manuscritos en este idioma, subsanando así los posibles errores gramaticales y asegurándose de que el contenido se entiende, más allá de la barrera del idioma. Pero no vale que lo escribas en español y hagas la traducción, el esfuerzo está en escribir en inglés y luego mejorarlo, sino entrás en la “carrera de la rata”, siempre estarás en el punto de comienzo.

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