La ciencia o el conocimiento que genera permite dar respuestas a preguntas sobre nuestro Universo, permite solucionar un problema directo o solucionar en forma general problemas de una sociedad. Al fin y al cabo, creo que cada científico que se forma siempre tiene en su mente generar una investigación que sea bisagra, que cambie algo, que signifique algo y que impacte directa o indirectamente en la sociedad. ¿Pero quien interpreta esa ciencia generada para ponerla al servicio de la sociedad, cuando ésta es bien ejecutada?
Pues bien, los vinculadores en ciencia, que usan la tecnología y aplican los conocimientos de la ciencia para obtener productos que influyen en la vida de las personas. Tanto la ciencia como la tecnología se han convertido en una fuerza productiva inmediata de la sociedad moderna, es decir, en un factor necesario del proceso de producción que ejerce una creciente influencia. La relación entre la ciencia académica y la sociedad ha evolucionado a lo largo de las últimas décadas, en especial, uno de los aspectos que han sido objeto de debate es la función social de la ciencia y, en consecuencia, la labor de los investigadores.
Pongamos en contexto lo que la ciencia significa para un país y el conocimiento que genera. Desde que a finales del pasado siglo los economistas pudieron comprobar que los sectores que experimentaban mayor crecimiento y más altas productividades eran los que dependían de la investigación y la tecnología, se acuñó el término “economía del conocimiento” (OCDE, 1996) y “cada sociedad posee sus propios puntos fuertes en materia de conocimiento” (UNESCO, 2005) y su contexto económico, social y cultural. En estas sociedades, los responsables de las políticas científicas y tecnológicas y de las instituciones acentuaron sus esfuerzos para impulsar el desarrollo tecnológico, y, a la vez, para favorecer el intercambio y la transferencia de conocimiento desde los centros de investigación (universidades y organismos públicos de investigación) hacia las empresas, mediante la puesta en marcha de diversos mecanismos. No nos olvidemos que la inversión pública en ciencia y tecnología debería proporcionar un retorno social adicional al derivado de sus propios fines científicos y docentes.
Los mecanismos de intercambio y transferencia de conocimiento entre los investigadores y la sociedad pueden ser muy diferentes en función del tipo de conocimiento y de las condiciones que rigen cada proceso. Existen estructuras de gestión que actúan como interfaz entre el sector científico y productivo tales como las “Oficinas de Transferencia de Tecnología” o las “Oficinas de Vinculación Tecnológica y Transferencia”. Estas estructuran han permitido impulsar, gestionar y canalizar las interacciones entre universidades y empresas mediante diversos tipos de canales o mecanismos de intercambio y transferencia de conocimiento.
Bibliografía y links de interés
- La Vinculación Ciencia-Sociedad: Estereotipos y Nuevos Enfoques Elena Castro-Martínez, Julia Olmos-Peñuela*, Ignacio Fernandez-de-Lucio. https://www.scielo.cl/pdf/jotmi/v11n2/art12.pdf
- Programa De Formación De Gerentes Y Vinculadores Tecnológicos (GTec) http://www.agencia.mincyt.gob.ar/frontend/agencia/instrumento/36
- Formación en vinculación tecnológica https://www.unl.edu.ar/vinculacion/categorias/formacion-en-vinculacion/
- Marcelo Grabois https://www.linkedin.com/in/marcelo-grabois-8ba79521/